domingo, 6 de agosto de 2006

¿Qué pasará?

Estoy profundamente preocupado por los últimos acontecimientos. En Oaxaca, la APPO y compañía han causado un verdadero caos. En el D. F., López Obrador y seguidores lo mismo. Todos estos movimientos pugnan por desobedecer a las instituciones. Es verdad, las instituciones pueden ser corruptas, y lo son en la medida en que lo es el pueblo que las alimenta.

Los maestros no están formando alumnos con principios rectos y disposición a defender los ideales del pueblo. Estos niños llegarán algún día a gobernadores, a legisladores, magistrados, funcionarios de casilla, y en ellos naturalmente está la solución. No sólo hoy, sino también hace 60 años. López Obrador seguro era parte de estos niños, y véanlo ahora. Él tardó varios años (si no mal recuerdo, al menos 10) en salir de la UNAM.

Tanto la APPO como López Obrador están convencidos de que sus acciones son lo mejor para el país. Nada más falso. Quizá antes de la globalización sus acciones hubieran tenido menos repercusiones, y al menos darían el beneficio de manifestar la opinión de muchas personas. Pero lo cierto es que afectar a la economía e imagen internacional de un país es un serio retroceso. Sin estar conscientes de ello, perjudican gravemente a quien pretenden hacer justicia. Qué lástima.