miércoles, 24 de octubre de 2012

Para el buzón de quejas y sugerencias (2)

This is the first post (and, I hope, the last one) I will write in English. Why? Because that I am very upset about something I heard recently, and I would like some people to be aware of this.

Of course, most of them would not give a damn about my anger, but still...

The cause of my wrath is a podcast by Samuel Hansen, concretely the episode "The Score" of his Kickstarter-funded "Relatively Prime" show. Such episode features Scott Rickard (of the "Costas-arrays-turned-to-music" fame) and Robert Schneider.

Hansen says that Rickard applied mathematics to music "in a way that [he] sincerely doubt[s] any musician would though about". Perhaps the notion of playing only once the 88 notes of a piano such that no repetition of intervals occurs is novel for musicians, but Rickard's idea concerning the so-called "lack of symmetries" in order to produce an "ugly" musical piece is rather silly. I am convinced that "ugliness" in music is more about being boring or incomprehensible, and that is precisely the point that Mozart tried to make (and successfully, in my opinion) with his "Ein musikalischer Spaß". Thus, musicians are rather aware of how to produce ugly results, and the quest for beauty is precisely the interesting (and mathematical!) problem of this (and every) art.

The redeeming aspect of this contribution is that Costas arrays are rather interesting mathematical objects, and I learned about them because of this lame attempt to produce unpleasant music (as I already mentioned in an earlier post). At this point I was just angry.

But then I hear Schneider with his almost unintelligible speech about issues that learned musicians (and certainly I do not count as one) have been aware for centuries: the harmony of small ratios and the many problems that the scales derived from them have. Of course this "pure" ratios have very exciting properties! And certainly they have been explored extensively! And it is rather easy to waste them in a rather boring song. The compromise of equal temperament (that is not due to Bach, by the way) and the wonderful contributions by other geniuses of mathematics and music such as Vincenzo Galilei, Simon Stevin and Marin Mersenne are not mentioned and, in my opinion, they are also miserably looked down on in these kind of discussions. If you accept equal temperament (or tunings that behave similarly), then you can concentrate less in "sounding good" and more in abstract structure, which I deem as a superior discovery within music.

After all this I had no remaining patience to hear about "algorithmic" music, so I stop here.

lunes, 22 de octubre de 2012

Del anecdotario (I)

Mi participación anterior en el "Carnaval de Matemática(s)", después de ver cómo estuvo, se supone debió ser la primera y la última. Lo más positivo que coseché de la experiencia fue un comentario de Mago Moebius (que para mí valió como el premio a la mejor entrada) y un temporal incremento en las visitas a mi bitácora (a pesar de que se haya opinado por ahí que estoy "pirao").

Sin embargo, hubo un pequeño detalle que me hizo reconsiderar el asunto (y que, además, preferiría no mencionar hasta que termine la presente edición del Carnaval, si acaso).

Lo malo es que no se me ocurrió sobre qué escribir a la mera hora. Además, no estoy muy de ánimo para refritear a Gardner, Pickover, Allen Paulos u otras grandes figuras de la divulgación matemática.

¿Y entonces? Mmm...

¿Valdrá contar algunas viejas anécdotas? Si no, pues ni modo. Ahí va.

La primera vez que fuí a un congreso de Matemática, específicamente al "Cuarto Congreso Internacional de Álgebras Topológicas y sus Aplicaciones", fue como estudiante del segundo semestre de licenciatura. ¿Por qué? Porque se celebró en Oaxaca, y no quise desaprovechar la oportunidad.

La persona que me apoyó con la cuota de inscripción fue la Dra. María de Lourdes Palacios Fabila (y que posteriormente sería sinodal en mis exámenes de maestría y doctorado), quien desde entonces ha sido sumamente amable conmigo.

Recuerdo que un momento muy vergonzoso ocurrió cuando, mientras tomaba un sorbo de agua durante una de las charlas, se me subió y tuve que hacer un gran e inútil esfuerzo para no llamar la atención. También que, durante una plática del Dr. Wiesław Żelasko, éste bosquejó unos pasos de una desigualdad o algo así, y hubo por ahí un exponente o símbolo que se comió (y no sabía yo si era un paso legítimo o no de su razonamiento), le pregunté y resultó que efectivamente era un pequeño desliz. La Dra. Palacios consideró que yo había "corregido" al Dr. Żelasko.

Ahí conocí a la Mtra. Helga Fetter Nathansky, quien extrañada se me acercó y me preguntó si yo entendía algo de todo lo que se hablaba en esas conferencias especializadísimas. Obviamente, no comprendía más que hablaban de espacios vectoriales con topologías integradas, de convergencias, etcétera, pero no cómo se encajaba todo eso (y el acento del inglés no ayudaba mucho). Después tuve el privilegio de trabajar con ella en el CIMAT durante mi "estancia profesional", lo que considero una de las experiencias más gratificantes de mi vida en lo que a Matemática respecta. De todo ello salió mi tesis de licenciatura.

También conocí al Dr. Carlos Bosch, quien con mucha amabilidad me explicó qué es un espacio barrelado barrilado.

No pude quedarme toda la semana que duró el congreso porque hubiera acumulado demasiadas faltas en mis cursos, pero sin duda la experiencia me gustó mucho, me puso los pies sobre la tierra y me animó a continuar con los estudios. Me pregunté si algún día llegaría a tener el calibre de algunas de esas luminarias de las álgebras topológicas, aunque fuera en otra rama. Hasta hoy, obviamente, no es así. Pero mientras haya vida...


Esta entrada participa en la edición 3.1415926 del Carnaval de Matemática(s), alojado en la bitácora "Series Divergentes".

miércoles, 3 de octubre de 2012

Sobre la Sociedad Matemática Oaxaqueña (V)

Revisando el asunto de la Sociedad Matemática Oaxaqueña...

Que no es por el momento, pero que aún quiero que sea...

Y considerando que no ha habido un catalizador para que se haga realidad...

Me he dado cuenta de que, aunque he expresado oralmente las necesidades a las que debe atender tal organización, no lo he hecho del todo explícito por escrito. Va:

  1. Organizar en la mayor cantidad de pueblos posible, en periodicidad y si se puede en simultaneidad, algo análogo (¡o mejor!) al Festival Matemático que ha organizado la UNAM en Coyoacán, y que ya lleva dos ediciones. No es la única opción. También se puede hacer algo como lo que orquesta Marcus du Sautoy en Inglaterra llamado "Maths in the City" (¡lo que hicieron del Teatro Sheldoniano no tiene madre!). En el mismo país se desarrolla el bello proyecto "Think Maths", y según dice ahí consiste en "un grupo de oradores matemáticos que visitan escuelas y organizan talleres y sesiones para todas las edades y habilidades". Una bella pieza del New Yorker sobre Glen Whitney y su cruzada para abrir el Museo de la Matemática en Nueva York también es sumamente inspirador y aporta ideas.
  2. Junto con pegado: ¡crear un Museo de la Matemática para Oaxaca! ¡Aunque sea virtual!
  3. Hacer una revista de la Sociedad que sea básicamente una "superposición" (overlay) a través del repositorio ArXiv. ¿Para qué hacer tal cosa, si podemos remitirnos a las prestigiosísimas revistas de celebérrimas y nobilísimas instituciones? Bueno: en realidad el único servicio que aportaría la Sociedad Matemática Oaxaqueña es el de arbitraje (no anónimo y público, si así lo disponen los árbitros) y la uniformación de la presentación del contenido. También serviría como un índice de la actividad matemática oaxaqueña (lo cual creo que es muy útil y todavía es difícil determinarla con certeza). De hecho, pienso que tal es el futuro de las publicaciones científicas (así lo ha manifestado Doron Zeilberger, por ejemplo); en cierto modo ya es el presente de muchas revistas. La Sociedad Matemática Oaxaqueña estaría a la vanguardia en ese sentido. [Se reciben mentadas, por cierto (risa macabra).]
  4. Escribir libros de fuente abierta para muchos niveles, como un projecto en California, Estados Unidos, o como el proyecto "Stacks", al que admiro particularmente. Y traducirlos a las lenguas originarias del estado, para la mayor cantidad de variantes posibles. Esto, por supuesto, es obligadamente un esfuerzo colectivo, y sería el pie de biblioteca de la Sociedad.
  5. Sí: cuando ya sea una entidad legal, abrir su perfil de Féisbuc y su cuenta de Tuiter para hacer promoción desvergonzada y despiadada de la Matemática en todas sus facetas, como ya lo hacen las sociedades norteamericanas (y aplaudo especialmente a la MAA) e incluso la mexicana.
  6. Por supuesto: apoyar en lo logístico o humano a la organización y promoción de las Olimpiadas y de las Escuelas de Verano especializadas (aunque, creo yo, esto ya lo toqué en el primer punto).
¿Suena todavía muy descabellado? Los habrá que aún exclamen un rotundo y furibundo "¡Sí!". En fin. Ahí están las ideas. Por lo pronto, trataré de seguir dando pláticas en las bibliotecas e ir a la radio, que ya es algo.